jueves, 8 de octubre de 2009

DÉJAME ENTRAR

Hacía mucho tiempo que tenía ganas de ver esa película sueca de vampiros modernos que atrajo la curiosidad y la atención de la crítica internacional que la elogió con diversos premios en la categoría de película de habla no inglesa (aunque quedó fuera de la carrera de los premios más prestigiosos: óscar, globos de oro, BAFTA…).
La película nos muestra con una mezcla de sencillez y minuciosidad un microcosmos casi irreal donde habitan personajes casi anónimos en tonalidades apagadas, claro oscuras y gélidas.
Las imágenes, distantes pero con un toque de sugerente y elegante trazo, hablan casi sin la necesidad de diálogos: soledad, incomprensión, desconsuelo, inocencia interrumpida, corrosión, ansia…

Un joven parece crecer atormentado por sus compañeros de colegio, que le rebajan en diversas vejaciones (muy interesante la escena donde le pegan con una fusta… un mezcla de dolor y placer que llega a horrorizar a sus verdugos) conoce a una joven extraña y enigmática. Él en seguida se siente atraído por su magnética presencia, ella al principio huraña empezará a sentir curiosidad y a iniciar una distante amistad basada en silencios y reservas.
Pronto descubriremos que los secretos que la joven guarda se tiñen de sangre sobre la nieve en la noche. La inocencia se ha transformado en ansia depredadora por la supervivencia, de cacerías y de mordiscos.
Pronto empezamos a conocer más detalles de su vida, vive en un piso sin apenas muebles, casi desnuda, lúgubre y oscura y convive con un hombre mayor que acomete brutales asesinatos para poder alimentarla.
Es inevitable pues que pronto se conozca la verdad y el joven pueda por fin entender las palabras que ella siempre le susurra: “y si en realidad… no fuera una mujer?”

“Déjame entrar” huye del dramatismo habitual en el género vampírico e intenta contar una historia surrealista en un entorno frío y opresivo, de una rutina apenas sin sustancia, aburrida, tediosa… Tiene momento memorables, especialmente el de la piscina, aterrador sin apenas mostrar nada.
El joven protagonista en realidad es un inconformista que no se siente cómodo en su entorno y que fantasea con crímenes y asesinos y guarda los recortes de estas noticias en un álbum encuentra en la protagonista el contrapunto idóneo para escapar de su insustancial realidad. Y la película aquí es donde consigue su mejor logro: su ambientación y puesta en escena, encuadres fríos pero a la vez sugerentes.
Recomendable para amantes del género que quieran descubrir un punto de vista nuevo e inteligente, con un toque muy europeo e intimista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario